Pocas veces se encuentra a gente que merezca realmente la pena.
Y yo tengo la suerte de tener a esa persona.
Vale si, estamos lejos, pero lo llevamos bien. Y eso poca gente sabe entenderlo.
¿Pero cómo va a ser tu mejor amigo si está tan lejos? Claro que sería más fácil si estuviera a mi lado todos los días y que nos abrazáramos cuando fuera necesario. Pero no podemos.
Puede que ahí resida parte del la magia, del secreto. Nos conocemos sin oír nuestras voces. Nos entendemos sin vernos.
No me abandones nunca, por favor.
Nunca. Aunque yo sea más complicada que un mueble de Ikea, aunque tú seas más simple que el manual de instrucciones de unas tijeras. Que del 0 al 10, ambos somos un 23.
Siento que siempre tengas que aguantar mis tonterías, mi mal humor, mis enfados. Tienes que saber que siempre voy a estar aqui, al otro lado de la pantalla, siempre voy a ser la que llore después de un abrazo sin dueño.
Todos los días
Que tú me das parte de la confianza que necesito, que esto que te digo te va a sonar muy puke, pero que hace ya mucho que no hay Andrea sin ti.
Que me odio por echarte de menos, sobre todo los sábados.
Pero eso, que he encontrado en ti, alguien que merece la pena, de verdad.
Y que tú no me abandones, que yo haré el resto.