sábado, 10 de agosto de 2013

Cuidad capital de la pobredumbre del cielo

Veo la cuidad en la que me he criado, Madrid. Veo en lo que se ha convertido y me dan escalofríos. Es una gran manzana podrida por dentro. De esas que parecen que van a estar riquisímas pero nada más darle un mordisco sabes que está mala, golpeada y puede que, con un poco de mala suerte, tenga hasta un gusano por dentro.
Así vería Madrid mi yo niña si lo viera ahora. Calles sucias, coches sucios, aceras sucias y gentes tan sucias como el dinero que malgastan en Gran Vía.
Vivimos rodeamos de mierda y pobreza y tan acostumbrados estamos a ello que se ha vuelto invisible a nuestros ojos.
O si no dime, ¿desde cuándo se ha vuelto invisible ese hombre que ofrece sus poemas por algo de dinero en la puerta de la casa del libro de Gran Vía?
Decimos "de Madrid al cielo" pero no nos atrevemos a subir de sus rincones porque sabemos que no nos dejarían entrar con nuestra mierda en su cielo limpio.
Veo barrios que se han echado a perder, el extrarradio ahora es el centro. Y si no, mira a cuantos turistas les roban sus carteras cada día.
Madrid capital, capital del circo. Tenemos magos y payasos en las calles e ilusionistas y estafadores en los despachos del congreso. ¿Quién es el mejor mago? ¿El que se pone en medio de la calle y saca palomas de su chistera o el que se indigna en la Moncloa con su sobre lleno de dinero.. Sucio?
Empezamos el 15M y dimos ejemplo al mundo, Madrid estaba un poco menos podrido. Pero nos pararon. Nos detuvieron y nos golpearon tan muerte que hicieron compota de nuestra bonita y podrida manzana.
Somos como la anciana violinista de Preciados. Cansada, mayor, ofreciendo algo que sólo unos pocos aprecian. Y aguantando, siempre aguantando para poder sobrevivir.
Cada vez veo más pequeñas tiendas cerradas, negocios familiares que hunden familias. ¿Quién le iba a decir a mi yo infantil que en el Liceo, el cine donde pasa(ba) tantas tardes ahora hay un restaurante chino (cerrado) ?
Tantas obras del metro han dejado a Madrid hueco. Tan vacío de sentimiento por dentro como la mayoría de sus gentes.
Madrid da ejemplo de desigualdad. El barrio de Salamanca y su exclusividad, la droga de Lavapiés, Malasaña y su poesía.
Gente, gente y más gentes. Y suciedad, ya lo he dicho. Por mucho que no miremos está ahí, en cada mano que pide y en cada mano que recoge las vueltas después de comprar cualquier cosa en cualquier tienda.
Pero supongo, que ésta suciedad, ésta cuidad hueca, llena de gente forzosamente invisible, es un poquito menos mala cuando la recorro de tu mano. O al menos, eso me haces creer.

jueves, 1 de agosto de 2013

Un chute de endorfina, por favor.

Dicen
que se empieza
entrelazando
las manos,
y se acaba
juntando destinos.

Para mi,
hace tiempo
que dejé
de creermelo.

Hemos desgastado tanto
el amor
hasta dejarlo en
un vacío             de cuatro letras.

(pausa)

Hemos frivolizado
el valor
de un beso
en el cuello.

Hemos prostituido
al amor.
Por mal que suene
porque suena mal, ¿eh?

El cariño la palmó
de la abstinencia.
Y el amor se ha quedado
como
la puta
de la historia.

Y el deseo es
el proxeneta
de todo esto.

Nos hemos acomodado
al frío (del) sexo
olvidando que es
más caliente
con algo de amor.

Ha sido más fácil
encontrar mil maneras
de follar.
Y muy pocas
de hacer el amor.

(pausa)

Eso que dice
de que siempre queremos
lo que no podemos poseer,
es lo que me pasa
cuando veo
tus manos
entre las mías,
pero
no son
para mi.