Creo que siempre le voy a escribir
a un alguien que no existe.
Pero él,
sin ser,
lo es todo.
Es una noche de verano
durmiendo junto al mar.
Madrid cuando está mojada
por la lluvia.
Un domingo de resaca.
Es la ducha fría
después de un calentón.
Es helado de vainilla
en Agosto.
Es como Laura,
la de Ernesto Pérez.
Es el frío en las mejillas
un Enero de cualquier año.
Es una llamada
a mil y pico kilómetros,
para decir "eh, cuídate, pequeña".
Él es como un orgasmo elegante
de los que describe Escandar Algeet.
Es ironía, sarcasmo,
es una carcajada entre sábanas.
Él es ese verano
que todos hemos perdido.
La primavera que me falta.
Él es una mirada lasciva,
yo cuando me muerdo
los labios
esos que le necesitan.
Es tantas cosas,
tantos gemidos, risas.
Es "mini infarto" de
"mierda, he perdido las llaves".
Un tanga perdido
en una cama desconocida.
Es el calor hogareño
de la casa de mis abuelos
Y la soledad de mi habitación.
Es el amor-odio
que siento por mi misma.
Ya véis la de cosas que es,
sin ser nadie.