Café amargo

Se acaba el café, el verano, el helado de vainilla.. Como se acaba el amor. Todo acaba. Algunas cosas alivian cuando se terminan, pero otras dejan el regusto amargo de haberse quedado con las ganas. Ese es el sabor de amor cuando se acaba, amargo. Cada latido es un recordatorio de todo lo que no se volverá a repetir, no volverán a dormir abrazados, ni a compartir noches en vela empapándo las sábanas, no compartirán más el placer de darse sexo, ni el sabor a vainilla en los labios del otro. Pero la cosa cambian cuando todo era un sueño, si, eso hace la distancia cuando dos corazones deciden latir juntos. Los hace vivir en un sueño y como sueño que es, tiene que acabar. Entonces tienes que sumarle al sabor amargo del desamor, el de los sueños rotos. Es ahi cuando se hace díficil tragar con todo esto y cuando decidimos que podemos prescindir del corazón, que solo nos proporciona problemas y conserva todas las cicatrices. Asi que te quedas con una valiosa lección, que todo acaba: el amor, el chocolate, el verano, los sueños. Que el café se enfría y que el corazón se cansa de coleccionar decepciones.

¿Pa' qué soñar? Si los sueños no se cumplen..