viernes, 3 de agosto de 2012

Alas rotas

Te enseñó a volar con esas alas que tenías en la espalda. Esas alas en las que tú no te fijaste hasta que él te hizo desplejarlas.. Y volasteis juntos, en el cielo, pero lejos del sol, en la noche, acompañando a la luna en las noches frías. Y sobre tu mar, ahora seco, de lágrimas. Y os unisteis, te hizo suya y él era tuyo, todo era perfecto, con esa felicidad que tiene un gorrión cuando aprende a volar. Pero él se cansó rápido de volar, de acariciar tus alas. Prefería bajar a la tierra, con sus demonios y beber el elixir del odio. Tú le esperabas, impaciente por una nueva clase de vuelo, de que te hiciera llegar más alto que las nubes desde vuestra cama. Pero él ya nunca volvió para eso. Volvía con las voces de sus demonios en sus oídos,con las plumas manchadas de odio y el reflejo de la ira en esos ojos que te habían hecho soñar. Y tocó tus alas, pero no como antes, te arrancaba las plumas una a una, con odio, con el regocijo de quien sabe que está haciendo daño. Tu mar de lágrimas volvía a llenarse, acompañado de las risas de su locura. Te fue arrancado todas las plumas, una a una, con golpes, con insultos. Y tu cuerpo quedó marcado de por vida. Te encerró en su cárcel, te cortó las alas, ¡las alas! Te enseñó a vivir en el cielo para luego condenarte a vivir en la tierra. Y ahora tu vida se resume en dolor, en ira. Una vida de golpes. Y después nada, el vacío, ya no había dolor, no había golpes en la madrugada. Ahora ves la luna desde debajo de la tierra. Ya sólo sientes un anhelo de algo que no podrá ser nunca más, de volar

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